viernes, 14 de octubre de 2011

LA NUEVA ERA DE LA FÓRMULA 1 (Análisis)

La crisis mundial afecta incluso a la Fórmula 1. Las que fueran las grandes potencias del asfalto, véase Ferrari o Renault, ahora se conforman con alcanzar algún puesto del cajón del podio.
La revolución y el cambio han llegado también al mundo del motor, afectando tanto a las escuderías como a los pilotos. Por un lado, una escudería desconocida hasta hace unos años consigue batir todos los récords y desbancar de sus tronos a las todopoderosas. Por otro, un chico que no pertenece a la vieja escuela de Senna o Schumacher, ni sigue el camino de alumnos aventajados como Fernando Alonso o Lewis Hamilton, pulveriza los hitos conseguidos por éstos y se convierte en el piloto más joven en conseguir ser bicampeón del mundo. Algo está cambiando...


La Fórmula 1 ya no es el tablero de ajedrez en el que los grandes maestros ganaban por su habilidad sobre la pista, aunque sus bólidos también los ayudaran. Es el caso del propio Fernando Alonso cuando consiguió sus dos títulos de campeón del mundo. El piloto asturiano no contaba con el mejor coche, ni siquiera con el más rápido, pero su pericia al volante lo llevó a lo más alto.
Pero desde hace tres años, la Fórmula 1 ha tomado un nuevo sendero marcado por los avances y las innovaciones tecnológicas. Red Bull ha sabido hacerse hueco en las parrillas de salida a base de apostar por la última tecnología y por experimentar con sus monoplazas. Basándose en esto, con Vettel se ha iniciado una nuevo modelo de piloto: el que conoce la tecnología y sabe dominarla.
A diferencia de pilotos como Alonso, cuya habilidad al volante pesaba más que la potencia de su monoplaza, el alemán ha sabido adaptarse a su coche y no al revés, consiguiendo llegar a lo más alto. Ahí está el mérito de Vettel, no en haberse convertido en el piloto más joven en ganar dos campeonatos del mundo consecutivos (que también), sino en ser el precursor de una nueva era en la Fórmula 1.


Previsiblemente, esto es lo que se espera para los próximos años. El reto de pilotos como Alonso o Hamilton estará en adaptarse al nuevo desafío que supone la tecnología. El éxito dependerá de si consiguen aunar su capacidad innata para manejar un monoplaza con la adaptación al ritmo vertiginoso de las nuevas tecnologías que los obligan a estar a la última, tanto a ellos como a sus escuderías. Si lo consiguen, pasarán a la historia no sólo por sus récords, sino también por ser los iniciadores de una nueva era en la historia de la Fórmula 1.

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